La niacinamida, también conocida como vitamina B3, se ha ganado un lugar especial en el mundo del cuidado de la piel… y con razón. Este activo versátil es un verdadero todoterreno que beneficia a casi todos los tipos de piel. ¿Quieres saber por qué deberías incorporarla en tu rutina? Aquí te lo contamos:
Es una forma soluble en agua de la vitamina B3 que el cuerpo no produce por sí solo, pero que aporta múltiples beneficios cuando se aplica tópicamente. Es suave, bien tolerada y funciona bien en combinación con otros ingredientes.
Ideal para pieles mixtas o grasas, ayuda a controlar el exceso de aceite sin resecar.
Con el uso constante, la niacinamida ayuda a que los poros se vean más pequeños y menos visibles.
Reduce la apariencia de manchas oscuras, rojeces y tono desigual, dejando una piel más luminosa y uniforme.
Refuerza la función de la barrera de la piel, protegiéndola contra irritantes externos y la pérdida de humedad.
Perfecta para pieles sensibles, con rosácea o acné, ya que ayuda a reducir la inflamación y el enrojecimiento.
Contribuye a una piel más firme y elástica con el tiempo.
Prácticamente todos los tipos de piel: seca, grasa, sensible, madura o con tendencia acneica. Además, es compatible con ingredientes como ácido hialurónico, retinol, péptidos y antioxidantes.
Se puede aplicar en sueros, cremas o tónicos, una o dos veces al día después de la limpieza. Empieza con concentraciones del 5% si eres principiante y observa cómo responde tu piel.
La niacinamida es un ingrediente estrella que ofrece múltiples beneficios sin los efectos secundarios de activos más agresivos. Si buscas una piel más equilibrada, luminosa y saludable, ¡este podría ser tu mejor aliado!
